El 2020 ha sido sin ninguna duda un año atípico. El efecto de la pandemia se ha sufrido y se seguirá sufriendo en los próximos años en la mayoría de los sectores, y la industria no es una excepción. El sector industrial vio como al inicio del confinamiento domiciliario, en marzo de 2020, las líneas de producción se paraban y las fábricas cerraban. El impacto de este parón se notó en muchos aspectos y uno de ellos es la energía y el consumo energético.

El mercado eléctrico también notó los efectos de la pandemia, en especial el de la reducción de demanda, dejando los precios del mercado diario por los suelos durante buena parte de la primavera, lo que redujo en cierta medida el impacto económico en pérdidas que la industria sufrió ante esta situación.

Está claro que aquellas instalaciones cuyo contrato de compra de electricidad fuera indexado o que siguieran una estrategia de compra directa a mercado vieron como a pesar de estar generando numerosas pérdidas debido al parón en la producción, su gasto energético, en ocasiones provocado por un consumo base o por niveles de producción mínimos, estaba siendo menor de lo esperado.

Es en estas situaciones excepcionales donde simplemente haber seguido una estrategia de compra de energía “no convencional” ha permitido a ciertas industrias ahorrar sustancialmente en su gasto energético. Sin embargo, este ahorro ha sido incluso mayor para aquellas industrias que estaban preparadas para responder a preguntas como:

  • ¿Cuál es nuestro proceso productivo más exigente energéticamente y por qué?
  • ¿Cómo repercuten las variaciones en el mercado energético en nuestro precio final?
  • ¿Qué impacto tiene en nuestro consumo y gasto energético las variaciones de las circunstancias o volúmenes de la producción?

Con esta información, estas empresas han podido anticiparse al mercado, ejecutar medidas para aumentar el ahorro energético y reducir el impacto de esta situación. Información que solo puede obtenerse cuando existe una fuerte integración de la gestión energética con la gestión de la producción. Esta integración, en ocasiones descuidada, es fundamental para entender hacia dónde deben enfocarse los esfuerzos en la mejora de la eficiencia energética.

El mercado está repleto de soluciones de gestión energética que se centran en aislar el consumo energético y tratarlo como una entidad independiente de todo el ciclo de producción en una planta. En contraposición la nueva solución de SOINCONEnerlence 4 Industry acaba con ese aislamiento e interconecta ambos mundos, estableciendo una sinergia que permite extraer mayor valor de los datos combinados, facilitando la toma de decisiones en materia de energía en la industria.

Enerlence 4 Industry supone una ventaja competitiva en entornos industriales ya que permite optimizar la toma de decisiones y enfocar hacia los orígenes de consumo críticos y con mayor repercusión en la calidad y el rendimiento de la producción las medidas de eficiencia energética, así como prever el impacto de las variaciones en las condiciones y volúmenes de producción en el consumo energético y así tomar medidas o ejecutar estrategias de eficiencia energética para mejorar los resultados de ahorro energético.

 

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