La incorporación de un programa de gestión de recursos empresariales, en cualquier empresa que desee formar parte de la Industria 4.0 es paso obligado.

En este contexto, un software ERP es una herramienta fundamental para dar el paso hacia la digitalización, y a la vez obtener beneficios en la gestión de la organización.

La implantación de un software ERP con éxito es un gran paso para cualquier empresa y no suele ser una tarea fácil que pueda lograrse en corto periodo de tiempo. Por ello es importante siempre tener una buena planificación, pero igual de importante es evitar errores, que pueden lastrar el proceso de implantación.

Entre esos errores a evitar para no fracasar en el proceso, hay varios que son claves:

Desorganización de la empresa.

Si bien una herramienta ERP nos permitirá de forma rápida y ágil modificar la forma de gestionar y estructurar los procesos de la empresa. A priori es necesario tenerlos claros, para evitar contratiempos en la implantación del software. Ya que el análisis inicial de la implantación se ajustará a nuestra forma de gestionar la empresa.

En este sentido siempre será recomendable realizar las acciones necesarias para tener una correcta organización, antes que embarcarse en un proceso de implantación.

Falta de comunicación e información

Si importante es tener una organización correcta, no lo será menos dar a los implementadores toda la información necesaria para realizar un correcto análisis inicial.

En ocasiones la falta de comunicación entre departamentos de la empresa o el no dar una información pormenorizada de los procesos de gestión y trabajo, pueden ocasionar a la larga problemas en la implantación.

Tener información completa y veraz, es un instrumento básico para llevar con éxito una implantación.

Además ayudará a la empresa a mejorar su gestión ya que puede servirse de toda esa información para tener documentados todos sus procesos internos.

Cambios en los métodos de trabajo

La implantación de un nuevo sistema de gestión en ocasiones conlleva modificar o directamente a cambiar métodos de trabajo que hasta ahora se encontraban normalizados dentro de la empresa.

La mejora de la gestión de la empresa implicará, que algunas tareas se realicen de otra forma, pero no es raro encontrarse dentro de la organización, con personas reticentes a modificar su proceso de trabajo.

Si bien estos sistemas ERP permiten personalizaciones, es conveniente aprovechar todo lo que estas herramientas nos ofrecen en cuanto a procesos, ya que suelen presentar procedimientos muy estandarizados para determinadas tareas.

No quiere decir esto, que en ocasiones no sea necesario realizar personalizaciones que se ajusten a determinadas condiciones.

Involucrar al personal.

Para evitar en parte los puntos comentados anteriormente, es imprescindible hacer a todo el personal participe del proyecto al que se enfrentará la empresa.

Que colaboren de una forma u otra en la implantación de un programa ERP contribuirá a que tengan una visión más cercana del mismo y de los cambios que se van a producir tanto a nivel general como en su puesto de trabajo concreto.

Además es una forma mejorar la obtención de información para el análisis previo a la implantación.

El ERP es una herramienta de mejora, que en ningún caso se implementa para dar más trabajo o complicarlo.

 

En definitiva, si la incorporación de un ERP aun teniendo una magnífica planificación, un implementador con experiencia y responsables de proyecto implicados, puede ser una tarea ardua. Si escatimamos recursos humanos, tiempo e implicación puede llegar a convertirse en una travesía en el desierto.