Es innegable que el coste de los sistemas tecnológicos se ha ido reduciendo, y  a la vez, que la capacidad de cómputo de los mismos ha ido en aumento a velocidades vertiginosas. A la par, han ido surgiendo nuevos modelos de gestión de la información para facilitar la gestión de las diferentes dificultades que aparecen al manejar grandes cantidades de información, como puede ser la ciberseguridad, el mantenimiento de los equipos, el coste de actualización, la necesidad creciente de espacio de almacenamiento, etc. A pesar de esto, en la mayoría de empresas españolas observamos que el modelo de gestión de información se mantiene anclado y basado en gestionar los datos en un servidor propio ¿Es quizás un buen momento para plantear un cambio y dirigirnos a un modelo nuevo? En este artículo vamos a explicar un modelo que está tomando fuerza y que permite una transición sencilla y barata: el modelo edge-cloud.

El modelo

Como el lector habrá visto venir, este modelo se divide en dos partes: edge y cloud. Vamos a explorarlas por separado y después revisaremos como encajan.

Edge

La parte del edge (filo en inglés) se refiere a la computación que se realiza de manera muy cercana a las máquina y los sensores. Se trata de dispositivos que consumen poca energía, tienen poca capacidad de almacenamiento y una capacidad de computación limitada, esto significa, entre otras cosas, que resultan muy baratos de adquirir y de mantener. Además de esto, no sufren de problemas como quedarse sin almacenamiento o sin capacidad de cálculo pues su objetivo no es almacenar ni realizar caculos complejos.

La función de estos dispositivos es conectarse directamente a las máquinas y a los sensores de planta, recibir todos los datos, realizar las modificaciones mínimas necesarias y enviarlos al cloud. Un dispositivo como estos por cada 10 o 15 sensores o variables es capaz de estandarizar los datos, centralizarlos, avisar de anomalías o incluso ejecutar algoritmos de machine learning ya entrenados (nunca entrenarlos). Esto se traduce en una respuesta muy rápida desde la máquina hasta las interfaces de visualización en caso de necesitar informar rápidamente de algún evento, un coste muy cercano a cero de mantenimiento y actualización, un coste muy bajo de adquisición, y un ahorro enorme de coste computacional en la parte cloud.

Algunos ejemplos de este tipo de dispositivos pueden ser las FPGA, las Raspberry pi, placas como la Digilent Cora Z7 u otras soluciones disponibles en el mercado. El coste de cualquiera de estos dispositivos no llega a los 100 euros en los casos más potentes.

Cloud

La parte Cloud (nube en inglés) se refiere a la computación en la nube, una opción cada día más de moda que aumenta al máximo la versatilidad y optimiza el precio de los servicios pues sigue la filosofía de “paga únicamente por lo que usas”. Los modelos cloud permiten alquilar almacenamiento, capacidad de cálculo, software o plataformas en centros de datos de empresas expertas en tecnología, como pueden ser Google, Amazon o Microsoft, que son a día de hoy los mayores proveedores de este tipo de servicios a nivel mundial.

Esto tiene serias ventajas respecto al modelo recurrente de comprar los dispositivos necesarios:

  • Ciberseguridad: Toda la información es almacenada y gestionada por los mayores expertos del mundo en tecnología. Resulta infinitas veces más complicado realizar un robo de datos a cualquiera de estos proveedores que a un equipo local, además evita el gasto en expertos en ciberseguridad para nuestros equipos.
  • Precio: El hecho de alquilar los servicios implica que nos evitamos un gasto inicial desmesurado por la compra de servidores y equipos. A parte de esto, pagamos solo por el uso que hacemos: ¿Para qué pagar por un procesador de última generación que se quedará anticuado en unos años? Es mejor pagar por el uso que hacemos y solo cuando lo utilizamos.
  • Sin costes de actualización: Los equipos se van actualizando constantemente de modo que el usuario siempre tiene la capacidad que necesita sin tener que realizar ningún desembolso adicional.
  • Sin costes energéticos en la empresa: Dado que todo el procesado y almacenamiento se realiza en los centros de datos, la empresa no tiene que pagar la energía que cuesta tener los equipos encendidos durante todo el año.
  • Independencia del dispositivo y la localización: Podemos acceder a los ordenadores cloud desde cualquier dispositivo, un móvil, una Tablet o un portátil nos permiten acceder a nuestros datos estemos donde estemos.

Edge-Cloud

La integración de estas dos partes resulta altamente sencilla y segura a día de hoy, protocolos como SSL, HTTPS o MQTT permiten extraer enviar los datos desde los dispositivos edge a la parte cloud de manera completamente segura. Además, la velocidad de transferencia ha ido en aumento en los últimos años y el acceso a servicios como el 5G o la fibra óptica a día de hoy son una realidad, lo que hace el acceso desde cualquier dispositivo a los datos o la comunicación entre estos dos casi instantánea.

Ahora la pregunta queda en el aire, ¿cree que ha llegado el momento para dar el paso y cambiar de modelo de gestión de datos en su empresa?